Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2014

Él y ella

12-12-2014 Por: Hilda Ruth Flores Muñoz “He venido a decirle que ya no puedo seguir”, dijo él. “Agradezco su honestidad, aunque lamento que sea tardía; yo confié en Ud. “, respondió ella. Ella guarda el obsequio que le había comprado. No se atreve a entregárselo. Se cierra el negocio. Luego, un silencio largo e incómodo. Miradas fijas. Un beso de despedida. La sensación de una daga atraviesa el corazón de ella. No se sabe nada del corazón de él. Ella llora toda la noche. Una noche sumamente fría. De madrugada, ella logra conciliar el sueño. Pero despierta súbitamente. Él ha publicado un poema sobre un corazón roto. La vida continúa. Sólo Dios y el tiempo dirán qué negocios los harán coincidir. Y si el sentimiento existió y persiste, habrá que ver si serán capaces de dialogar lo que alguna vez gritaron sus ojos.

Mi mejor asistente

3-12-2014 Por. Hilda Ruth Flores Muñoz Servicial, dispuesta a aprender, empática, eficiente, leal. Así era mi joven asistente, la mejor que he tenido. Me regañaba, me hacía reir, sabía qué había detrás de un rostro serio, sin prejuicios ni machismo. Estaba identificada, compartía una visión. Ahora cumple su vocación de servicio en tierras lejanas. La extraño mucho.

Decepción

2-diciembre-2014 Por: Hilda Ruth Flores Muñoz Leí un texto, no recuerdo al autor. Decía: "No esperes nada de las personas, así no te decepcionarás y te asombrarás". Ésta puede ser la clave para evitar la decepción. Si a esto le uno el " magis ": Hacerlo todo como si dependiera de nosotros, dando el máximo, sabiendo que en definitiva depende de Dios. La emoción de tristeza se evidencia pasajera y necesaria, para recordar los valores y aferrarse a un gran amor.