12-12-2014 Por: Hilda Ruth Flores Muñoz “He venido a decirle que ya no puedo seguir”, dijo él. “Agradezco su honestidad, aunque lamento que sea tardía; yo confié en Ud. “, respondió ella. Ella guarda el obsequio que le había comprado. No se atreve a entregárselo. Se cierra el negocio. Luego, un silencio largo e incómodo. Miradas fijas. Un beso de despedida. La sensación de una daga atraviesa el corazón de ella. No se sabe nada del corazón de él. Ella llora toda la noche. Una noche sumamente fría. De madrugada, ella logra conciliar el sueño. Pero despierta súbitamente. Él ha publicado un poema sobre un corazón roto. La vida continúa. Sólo Dios y el tiempo dirán qué negocios los harán coincidir. Y si el sentimiento existió y persiste, habrá que ver si serán capaces de dialogar lo que alguna vez gritaron sus ojos.
Amor y vida. El título está en alemán. Un idioma que muchos critican a priori por ser rígido, frío y muy estructurado, pero al aprenderlo se aprecia la armonía de su estructura y su intenso y a la vez sutil pronunciación. Una metáfora que concuerda conmigo.